Vivo de Milagro

JOSE LUIS SARMIENTO ESTUVO SECUESTRADO CUANDO TENÍA 20 AÑOS. ESTA ES SU HISTORIA.

 Por Catalina Salas

Fueron 10 disparos los que recibió al momento de su rescate. Aprendió a “ver” de noche en el monte, a dormir de día, a convivir con la muerte porque sabía que lo iban a matar en cualquier momento. Estuvo 28 días en cautiverio por el que pedían mil millones de pesos, unos 200 mil dólares. Esta historia de supervivencia sucedió en el año de 1990 en Villavicencio, Colombia.

José Luis Sarmiento siempre quiso ser piloto, pero sus padres lo convencieron para que estudiara Arquitectura. Es el menor de 5 hermanos. Se graduó con tan solo 16 años de bachillerato del colegio La Salle en Villavicencio. Al ser tan joven decide estar un tiempo en el Ejército en la escuela Militar y sin saberlo, todo lo que aprendió estando allí, en palabras de Jose Luis, “ a pasarla mal”, fueron de gran ayuda para sobrellevar los días de cautiverio.

Su papá Enrique Sarmiento, era Ganadero, él y su familia vivían en su Hato Venecia de Guanapalo ( finca destinada a la crianza de animales ). Jose Luis aún recuerda lo que le pasó como si fuera ayer, a pesar que su memoria se vio afectada cuando le dio Covid, los detalles de su secuestro no los olvida.

Como su sueño siempre había sido ser piloto, unos años antes de terminar su carrera de Arquitectura, decide registrarse en una escuela de Aviación, sin el consentimiento de sus padres. Su papá al darse cuenta de lo que hizo decide enviar a José Luis al Hato por un temporada, para que trabajara y así él mismo pagara sus estudios de aviación. Con los años su padre se arrepentiría por que fue justo allí en ese lugar de donde se llevarían a su hijo.

Fue el viernes 30 de marzo de 1990, que sucedió el secuestro. El jueves en la madrugada, su papá se fue rumbo a Bogotá y Jose Luis se quedó solo en el Hato junto con la cocinera.

Los guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN), habían llegado al Hato el día anterior y estaban escondidos mientras amanecía. Al siguiente día Jose Luis estaba sentado limpiando unas armas, cuando vio que entraron 4 personas montadas a caballo, más conocidos como “la gente “ es decir, los guerrilleros. Jose Luis se alcanzó a esconder pero el comandante lo pudo ver, su cuerpo entero empezó a temblar, Jose Luis le apuntó con su arma, pero se dio cuenta que este tenía un chaleco antibalas. Le preguntaron su nombre, el contestó, le quitaron las armas y le dijeron:

PREPARESE PSICOLOGICA-MENTE QUE DESDE ESTE MOMENTO QUEDA SECUESTRADO

Lo dejaron hacer maleta, ellos llegaron a las 7 am y a las 9 am ya estaban saliendo por un camino desconocido para Jose Luis. Su primo, que estaba cerca al Hato, se percató de lo sucedido y avisó al papá de Jose Luis.

A sus padres le dieron la noticia por radio-teléfono (por aquella época no existían los celulares). Su madre Consuelo aún recuerda ese momento, Enrique cayó sentado en una mecedora completamente pálido, fue un momento de shock para ambos.

Jose Luis pasaba los primeros días en desolación tratando de asimilar lo que pasaba. Vomitó, tuvo diarrea, lloró y lloró mientras lo trasladaban de un lugar a otro por el monte. Dormían de día y caminaban de noche, para no ser vistos por nadie.

Para los guerrilleros ver de noche era algo normal, pero para Jose Luis era completamente imposible, solo hasta 8 días de caminar de noche, la vista se acostumbró y “ya veía de noche” como sus captores.

En varias oportunidades pensó en escapar pero no lo hizo por miedo a que lo mataran y no sabía con exactitud dónde estaba, así que no sabía hacia donde correr. El guerrillero que lo cuidaba alias “Resorte” siempre le estaba apuntando con un arma y le decía todo el tiempo que lo mataría.

Después de varios días de estar deambulando por zonas ásperas y prácticamente entre maleza, cruzando ríos, llegaron a un lugar llamado: El paso de las monas, donde se sentaron a comer. Jose Luis llevaba una ruana ( atuendo típico colombiano ) y debajo tenía una camisa de marca. El no lo dudo ni un segundo y pidió permiso para quitarse la ruana – por el calor – y de esa forma lograr que las señoras dueñas del lugar lo reconocieran o notaran que él no era guerrillero. Con la mirada logró “comunicarse “ con ellas, y gracias a eso, ellas avisaron a las autoridades sobre el paradero de Jose Luis.

Después de 28 días privado de la libertad, todo estaba listo para que la pesadilla de Jose Luis terminara , se hiciera entrega del dinero por el rescate y que él recobrara su libertad. Los guerrilleros decidieron esperar en un cambuche cerca a una pista de aterrizaje donde llegarían a dejar el dinero. Los oficiales encargados del operativo tuvieron un error de cálculo ya que entraron donde estaban los guerrilleros y empezaron a disparar. Eran las 8am cuando una bala le entró por la planta del pie a Jose Luis, él se levantó y les dijo que no dispararan, pero ya era demasiado tarde, las balas le atravesaron un brazo, el pecho, una bala le perforó un pulmón, la axila izquierda, recibió varios disparos en la rodilla; en total 10 balas se clavaron en su cuerpo.

Los oficiales, al percatarse del error, pidieron auxilio de inmediato. José Luis ya sangraba por la boca y le costaba respirar, las balas rompieron varios órganos. Una vez llegó el avión, lo subieron y en la primera parada del avión, le metieron un tubo por la espalda para que el pulmón drenara, y expulsara la materia fecal que había en su pulmón. No fue hasta las 10 pm que logró entrar a cirugía en Bogotá. Fueron 14 horas las que se tomaron para llegar a Bogotá.

Aún al día de hoy él no se explica cómo pudo sobrevivir tantas horas con 10 tiros en su cuerpo.

Estuvo 3 meses en el hospital y después 3 meses en su apartamento en Bogotá, sin poderse sentar, solo acostado en la cama. Llegó a pesar 43 kilos, no podía casi comer, ya que le removieron parte del estómago y de los intestinos. Le dio Paludismo, debido a que la transfusión de sangre que recibió de camino al hospital tenía ese virus.

Después de un tiempo ya pudo pasar a la silla de ruedas y logra viajar a Villavicencio. Su pierna aun no la podía mover y los médicos no le habían dado esperanzas. Sin embargo, de un momento a otro, pudo mover un dedo, y con el pasar del tiempo recobró la movilidad total. Tuvo que aprender a caminar de nuevo, con la ayuda de un bastón, ya que pasó un año sin caminar.

Logró acabar su curso de Aviación y trabajó como piloto en Cartagena por 10 años. En el 2017 se radica en Weston,FL con su esposa Gilmamaria y sus dos hijos Andres José y Camilo. Quedó con algunas secuelas de movilidad en una mano y un dedo del pie. Después de superar esta gran prueba que le tenía la vida, vive feliz a sus 54 años junto a familia y goza de buena salud, todo gracias a que hace mucho ejercicio, y a la paz y tranquilidad que siente de vivir en este país.

Jose Luis nos cuenta que el haber estado secuestrado le hizo tomar un cambio radical en su forma de ser y de ver la vida, él era más agresivo y orgulloso, ahora valora más la vida, es mas humilde, da gracias a Dios por cada día, vive agradecido con cada cosa que tiene sin quejarse por nada, y disfruta cada día como si fuera el último de sus días.

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